Pintura
La pintura de Francisco Pinto es la de un escultor, esto es, surge desde la escultura. Busca expresar sobre un lienzo o una tabla aquello que en la escultura es efímero, cambiante, la luz. Toda su pintura gira en torno a esta cualidad etérea pero sustancial en toda obra plástica. La luz adopta sin embargo un sentido distinto, adquiere protagonismo pues no es la que permite a las formas aparecer ante nosotros a través de recorrer sus superficies.
La luz tiene un significado propio, nace desde el espacio del cuadro y se proyecta hacia afuera, llama la atención sobre el punto donde se concentra el mayor significado. El objeto sobre el que se materializa esta exploración de la luz es el mismo al que dedica atención en la escultura, el cuerpo humano. Hombres y mujeres desarrollando una actividad rudimentaria o bien descansando de ella. De nuevo esa actividad es el trabajo y para ello recurre a su entorno más inmediato; los talleres de los oficios, los lagares, las bodegas, las tonelerías. De nuevo en su pintura se expresa es tradición heredada de sus maestros de dignificar el papel.