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Pinto Berraquero: el arte por los dos costados

"Francisco Pinto Berraquero tiene 77 años, muy bien llevados, y mantiene su actividad artística de escultor y pintor, como si tuviera muchos menos. «Todos los días me levanto con las mismas ganas de seguir creando».

Nacido en Jerez, tuvo su primera escuela en el centro «Carmen Benítez», en el barrio de Santiago, simultaneando las «cuatro reglas» de entonces con las clases que su padre le daba en un taller, en el que se hacía desde una mesa a una escultura religiosa. «De él aprendí lo que es la amistad. Fue el mejor amigo que he tenido».

En los inicios de su juventud, dio el salto a Madrid, para estudiar Bellas Artes, y trabajó con Juan de Avalos, autor de varias obras importantes del Valle de los Caídos.

Con el título en la maleta, regresa a Jerez y al trabajo con su padre. Luego montaría su propio estudio en la calle Sol, y empieza a enseñar en la Escuela de Artes y Oficios, en la Porvera. Y allí se jubiló de su actividad didáctica. «No me he guardado nunca mis conocimientos. Todos se los he transmitido a mis alumnos».

Pinto Berraquero hace ahora balance de su trabajo: «Entre mis incontables obras, tengo especial recuerdo por las de carácter religioso que hice para una iglesia de los Capuchinos, en la República Dominicana, y para la catedral de Málaga. En Jerez tengo un Cristo del Perdón, en la capilla de Cuatro Caminos, a donde se trasladó desde la parroquia de la Barriada de la Plata, y el paso de la Hermandad de los Transportistas; además, para aquí hice el monumento al arrumbador, en la avenida de América, que monté tras ganar un concurso público, y el llamado Monumento de las Aguas, que, tras ser instalado en el Parque González Hontoria, fue retirado al poco tiempo».

Muy avanzada su trayectoria artística, añade la pintura a la escultura, observándose en ambas disciplinas ciertos parecidos de conceptos.

Un cuadro que pintó del Rey está colocado en el salón de plenos de nuestro Ayuntamiento. «Suelo trabajar para mí, aunque las obras acaben, luego, en poder de otros, porque creo que el artista se debe al arte, antes que al negocio. Cada día me obligo a crear, sin pensar en el dinero. Mis mejores obras las he hecho cuando he tenido total libertad de interpretación. No suelo relacionarme con artistas; me considero un solitario, aunque no estoy reñido con nadie».

Sobre el arte escultórico de Jerez, destaca el monumento al General Primo de Rivera, el dedicado a la Virgen de la Asunción y el de Domecq, en la Alameda Cristina. A una pregunta sobre los nombres actuales de la pintura jerezana, responde que no quiere nombrar a nadie, «porque no quiero olvidarme de nadie».

En la soledad de su estudio, tras la conversación, los personajes de las obras allí expuestas -«que son mis mejores amigos, y, junto a otras muchas, el fruto de mi trabajo, regado por toda Andalucía y por siete países extranjeros»- vuelven a encontrar el calor de su creador. Es la amable soledad del corredor de fondo".


Enlace a la noticia: http://sevilla.abc.es/hemeroteca/historico-09-10-2001/sevilla/Jerez/pinto-berraquero-el-arte-por-los-dos-costados-escultura-y-pintura_19857.html

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